Se clasifica al monte Fuji como un volcán activo, pero con poco riesgo de erupción. La última erupción registrada data de 1707 durante el periodo Edo.
Después del surgimiento de los samuráis en el Japón feudal (siglos XII a XVI), se empezaron a emplear los caracteres kanji actuales para "Fuji". Fu (富) significa riqueza, mientras que ji (士) es "samurái". Finalmente, san (山) significa montaña, por lo que el nombre completo es Fujisan.
Los japoneses suelen recordar la altura de esta montaña, 3.776 metros, como "MINANARO": "MI" por "3" (三), "NANA" por "7" (七), "RO" por "6" (六).
El monte Fuji es una montaña sagrada desde el siglo VII. Numerosos nombres japoneses lo denominan con un carácter religioso. Según el sintoismo, un emperador ordenó destruir la parte superior de la montaña para conseguir un exilio de la inmortalidad que poseía: el humo que a veces se escapa es debido a esta poción que se consume. Además, según la tradición, los dioses sintoistas y Fuji-hime y Sakuya-hime vivieron cómo Kono-banasakuya-hime, "Princesa que hace florecer los árboles" (en particular las cerezas). El budismo lo venera por su forma que recuerda el botón blanco y los ocho pétalos de la flor de loto. Por todas estas razones, el monte Fuji estuvo prohibido a las mujeres hasta 1872: una capilla llamada Nyonin-don (refugio de mujeres) las permitía esperar para proteger sus maridos, hermanos o hijos.
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